Es de esto de lo que vamos a hablar en este artículo, y es que un estudio llevado a cabo en 125 estudiantes de la Universidad de San Francisco ha descubierto que la dependencia del smartphone produce efectos similares a los producidos por la adicción a los opiáceos. Además de estos efectos neurológicos, los investigadores han descubierto que las personas que practican este abuso tienden a sentirse más aisladas, solas, deprimidas y a padecer ansiedad. Esto se debe, según los expertos, a la falta de relaciones interpersonales cara a cara.
Otro aspecto que resalta Erik Peper, Profesor de Educación en Salud de esta universidad y autor del estudio, es que las personas que más usan el móvil también llevan a cabo más tareas a la vez –lo que se conoce como –multitasking–. Esto, como afirman desde el Daily Mail, “da muy poco tiempo a la mente para relajarse” e impide que los usuarios se concentren en una tarea cada vez y dediquen menos tiempo a cada una de ellas”. ¿Y por qué esto es importante? Porque la industria lo usa para ganar dinero.

Otro estudio interesante que recogen en el Daily Mail es uno publicado a principios de este año que afirma que lo que hace que nos enganchemos al smartphone es el ‘factor social’, es decir, el deseo de estar conectado a otras personas. Dicho de otra forma, somos adictos a las interacciones sociales y los smartphones explotan esa vulnerabilidad. De esa forma, mientras el primer estudio afirma que la adicción al smartphone es ‘antisocial’, este afirma lo contrario, siendo esta ‘hipersocial’. Son las dos caras de una misma moneda: los riesgos de abusar de la tecnología.
Fuente: Android4all